domingo, 19 de mayo de 2013

La Aceptación De La Realidad


Parece mentira pero por momentos nos cuesta trabajo aceptar lo que a todas luces son hechos objetivos para cualquier persona. Nos peleamos con una situación o circunstancia porque no acabamos de aceptar que las cosas o las personas se conducen determinada manera, nos guste o no, queramos o no.  Tal vez, nos gustaría que las cosas fueran diferentes, que el o ella cambiaran para que yo sea muy,  muy feliz, o que no tenga tanto enojo, tanta rabia o quizá tanta desolación.
No me refiero a que no duela, no me refiero a que no cause estragos. La realidad es que en un inicio cuando tenemos una situación difícil o crítica, generalmente la negamos, sentimos que no está sucediendo y finalmente no queda de otra a apechugar lo que nos está pasando, lo que estamos viviendo.  La negamos por lo doloroso que puede ser en ese momento, y cuando contamos con mejores herramientas nos atrevemos a correr el velo y descubrir lo que ahí se encuentra.  Y entonces, frente al reconocimiento, berreamos, lloramos, andamos buscando un muro de lamentaciones. Quisiéramos encontrar un sólo culpable para propinarle toda nuestra furia, nuestro enojo, nuestra impotencia y desesperación.
Por lo menos en este momento hemos pasado de la negación a la ira y a la tristeza. Luego, pensamos que tal vez sí… dejaramos esto o hiciéramos lo otro las cosas cambiarían. Pero de nuevo nos damos cuenta que ni haciendo ni quitando, ni resurciendo, ni emendando las cosas cambian. Sino que por el contrario, las cosas son como son.
Una vez pasado todo el proceso, finalmente llegamos a la aceptación. Toda pérdida así se vive, un proceso doloroso a cuál más. Pero no hay remedio tenemos que transitarlo. Una relación que se termina, la pérdida de un trabajo, expectativas no cumplidos, sueños desmoronados, hijos que se van de casa, la pérdida de la salud.  También existen procesos de duelo que se llevan a cabo en situaciones para bien, como por ejemplo cuando nos cambiamos a una nueva ciudad, a una casa mejor.  Sentimos el júbilo por lo nuevo, pero también la tristeza por el cambio.  Por supuesto que existen intensidades en las pérdidas, no todo significa lo mismo en la vida.  Por supuesto que no es lo mismo perder una mascta muy a amada, que a un  ser querido.  No es lo mismo perder diez pesos que perder cien mil.
La intensidad de lo que queríamos que fuera y no es así, es una experiencia muy dolorosa porque representa toda nuestra implicación en el asunto, le echamos todas las ganas, aguantamos, asumimos y todo para qué, para que alguien o alga decida que ya no quiere, que ya no le importa el proyecto o que, mejor cada quién se quede con su vida.


La aceptación de las circunstancias es un proceso que nos lleva a vivir de una manera más realista, menos romántica y tal vez, más satisfactoria.  Aceptar las condiciones que vivimos buenas, malas o regulares, es la única posibilidad de poder cambiarlas.  El único cambio para tales fines es el interno, no hay más, nadie va a hacer nada para dar un viraje a nuestras vidas.
La aceptación tiene que ver que aunque yo quiera que el mundo cambie, las cosas son de determinada manera.  Es decir, yo quiero un matrimonio feliz y comprometido, y le pongo mi entusiasmo, mi entrega y mi solidaridad, pero sí el otro no quiere recibirla, no le interesa trabajar por la pareja, tiene otras prioridades. Entonces aún cuando yo lo desee intensamente no podrá ser. En este caso es que tengo una relación que no me satisface del todo, o acepto que así voy a vivir toda mi vida, o bien, decido cambiarla, terminarla.  De lo contrario, voy a seguir desgastándome en esa relación que no me da lo que yo quiero o necesito.
Igualmente pasa con la aceptación es dejar de cambiar a las personas y que cada uno se haga responsable de lo suyo y que tenga sus propias consecuencias positivas o negativas. Dejar de controlar, dejar de rescatar a los demás, dejar de creer o pensar que las cosas diferentes a lo que son nos mantiene muy ocupados de los demás, llámese, madre, padre, hijo, pareja, trabajo.
También por momentos no aceptamos que nosotros somos como somos. Por el contrario, nos regañamos, nos ofendemos, nos sentimos víctimas y nos maltratamos.  Al no aceptar nuestras situaciones, nuestras circunstancias, nuestros sentimientos, quiénes somos, cómo somos, generalmente estamos atrapados en una relación de exigencia con nosotros mismos y con los demás.
La aceptación significa que yo soy quien soy. Qué hago las cosas como ya las se hacer y además así me gustas. Qué tengo estas circunstancias de vida, este cuerpo, este momento y así es… Ahora lo importantes es cómo voy a ser para ser mejor, claro sí es que eso es lo que deseo…
La aceptación tiene que ver con situaciones como el clima, sí llueve cúbrete, sí hace frío tapate, sí hace calor ponte más cómodo.  Aligera tu carga porque aunque no quieras que llueva, seguirá, aunque no quieras tus situaciones las tienes. Aunque no quieras afrontar ciertos problemas tendrás que hacerlo.
Partamos de la aceptación y realidad de nuestras condiciones y de nuestra propia persona. Partamos que la aceptación nos permite dar un rumbo diferente a nuestra vida. Partamos de la aceptación a nosotros mismos y los demás. Partamos que cada persona es quiere ser como es, no como esperaríamos.
La aceptación nos permite darnos cuenta que la vida son ciclos, momentos, momentitos y grandes momentos. Aceptar que en la existen momentos de gloria pero también de penurias. De felicidad compartida y por momentos, de una gran soledad. Aceptar que perdimos, ganamos, estamos sanos o enfermos, que de pronto lloramos y otros días reímos a carcajadas. Que por momentos es necesario mostrarse humilde y otros no tanto. Que tocamos las debilidades y los miedos y también la fortaleza y los talentos.
En la aceptación se acepta la paz y la armonía como condiciones menos estresantes. La aceptación lleva a verme como un ser humano capaz de derrumbarme y volverme a levantar.
La aceptación significa que hoy estamos malhumorados, pero tal vez más adelante no. La aceptación requiere de ser más compasivos con nosotros mismos y con los demás. Menos exigentes, la aceptación es volver a tomar fuerzas para emprender de nuevo el camino hacia nuestros objetivos, hacia nuestros sueños, hacia la realización personal.
Después de todo sólo tenemos que aceptar que tenemos una sola vida, qué hacemos con ella es una elección. Cómo queremos vivirla es una responsabilidad. Y aceptar que yo soy el único que tiene que aceptar lo aceptable o inaceptable es una condición personal.
O aceptamos que somos seres individuales compartiendo este mundo con otros, a los que amamos, a los que no tanto, pero aceptar que lo único que puedo hacer es vivir mi vida como mejor pueda hacerlo?  Piénselo, tal vez, valga la pena intentarlo…
Aceptarnos a nosotros mismos es el primer paso, dejar de cambiar y controlar a los demás es el segundo y después que cada quien se ocupe de sus propias necesidades y deseos y si en el camino queremos compartirlas mucho mejor.

La felicidad es ausencia de miedo

Al enfocar nuestra atención en el momento presente,en el día a día; nos evitará llenarnos de nostalgia al recordar el pasado y paralizarnos de miedo al imaginar el futuro.

Vivir en armonía con el presente permite deshacernos del temor. Y es que su ausencia trae la felicidad. La capacidad de poder vivir sin miedo es lo único que nos diferencia del resto de animales.

El siguiente cuento judío, ilustra bien lo que quiero decir:

“Entre el pueblo judío, había un sabio que gozaba de ser el hombre más feliz de entre todos. Un día, le invitaron a comer. El sabio aceptó la invitación y se presentó en el lugar y la hora acordada. Una compañía abundante y una mesa repleta de manjares le estaban esperando. El sabio llegó, se sentó, comió en silencio, charló un poco y se levantó para irse. Cuando estaba en el umbral de la puerta, uno de los invitados le preguntó ¿Cuál el secreto de tu felicidad? A lo que el rabino contestó “cuando me siento, me siento; cuando como, como; cuando charlo, charlo; cuando me levanto, me levanto; y cuando me voy, me voy.” Los presentes, extrañados por la respuesta, le contestaron que entonces hacía lo mismo que ellos y que nada les diferenciaba. A esta afirmación, el sabio, respondió “no, cuando vosotros os sentáis ya estáis pensando en comer; cuando estáis comiendo, en hablar; cuando os levantáis, en iros y cuando os estáis yendo, en el lugar a donde vais. Concentrarse en el presente, en lo que uno está haciendo aquí y ahora, es una de llaves de la felicidad.”

Negación, el Miedo y la Aceptación


Una Recopilación, de tres versos del alma, donde hacemos un recorrido por aquello que queremos negar porque nos provoca dolor, aquello a lo que le huimos de manera innata por miedo a lo  incierto,  hasta que podemos alcanzar la aceptación que nos trae liberación.
I
Por que busco mil escusas para justificarte, si en el fondo se, quién eres.
Porque lucho por aferrarme a ti, si se que tu lugar no es cerca de mí.
Por que escucho de ti solamente aquello que yo quiero escuchar, nuca escucho lo que realmente quieres decir.
Porque  el sabor de la autoengaño, sabe tan bien.
Porque  con tan solo susurrar a mi oído te amo, mis argumentos se lo llevo el viento, y lo único que suenan son tus  labios.
Porque  prefiero escuchar tus dulces mentiras que tus amargas verdades.
Porque me cuesta tanto  ver la realidad y aceptarte tal cuál eres,  sin pretender cambiarte  ni esperar nada de ti.
Porque me cuesta tomar vuelo, y simplemente seguir mi camino.
Porque me cuesta tanto retomar mi rumbo.
Porque me aferro a ti, cuando se que lo que me haces es daño.
Porque  es tan fácil mirarme a los ojos y mentirme  dulcemente.
Porque me es tan fácil  cree lo que dices.
Por qué tenerte cerca lástima más, que tu propia ausencia
¿Porque eso no lo puedo ver?
II
Será porque  el miedo a la soledad es más fuerte
Será porque no quiero  crecer y enfrentar mis propios miedos
Será que dejarte ir  implica  crecer
Será  que tu ausencia  me confronta con migo misma
Sera que es más fuerte la necesidad de sentirse amada,  que respetada
Será que tengo en poco mi propia valía
III
Hoy decido respetarme y respetarte
Ser y dejar ser
Dejar que vueles y volar y si nuestros rumbos se unen es una dicha y si no,  seré feliz
Hoy decido amarme y disfrutar la soledad,  cuando esta está
Me permito sentir dolor, enojo, tristeza, amor, sin juzgar lo que siento
Hoy decido ser yo mismo y amarme tal cuál soy
Hoy decido emprender vuelo  y seguir mi camino
Hoy decido no justificarte si no aceptarte
Hoy decido simplemente ser feliz aquí y ahora.
Paz, Fuego, Vida y Amor

y despues de todo que salsa Los van van

miércoles, 8 de mayo de 2013

V de Vendetta discurso V de Victor

V de Vendetta discurso V de Victor
¡¡Trascendiendo el miedo lograremos la libertad!!.

Somos conciencia, todos lo somos y siempre lo seremos, hay nada que temer, pase lo que pase, siempre seremos eso. Los temores de la mente se programan para temer, cuando somos conciencia, no hay miedo en esto. Es una sacudida de cabeza, patética…

Y necesitamos hacer esto: El cumplir del cumplimiento, debemos desafiarlo, no con violencia, ni siquiera con agresión, sólo debemos no luchar contra ello, debemos alejarnos. Porque sin nuestro consentimiento la conformidad no podrá sobrevivir.

Cuando ves la pirámide… Hemos sido manipulados para creer que el poder de la pirámide está en la cima, y no es así. La cima de la pirámide está allí porque el resto de la pirámide la está sosteniendo, nosotros estamos sosteniendo esto juntos.
Nosotros, los no poderosos estamos sosteniendo a los poderosos allá arriba y ellos lo saben, están aterrorizados de que nos demos cuenta de eso. ¿Recuerdan la película animada, “Bichos, Una Aventura en Miniatura”?,el cuento de unas hormigas en la “Isla Hormiga”, como la llamaban, los saltamontes iban todos los años a llevarse la comida que las hormigas pasaban todo el año recolectando para ellos, porque estaban aterrorizadas de los saltamontes, habían muchos. Y un día… estaban de vacaciones en un árbol estos saltamontes con toda su comida necesaria, uno de bajo rango sugirió, que no necesitaban ir a la Isla Hormiga ese año porque ya tenían toda la comida que necesitaban, entonces arremete el líder de los saltamontes para decir los hechos de la vida, de cómo unos pocos controlan a muchos… Es un gran discurso, básicamente él dice: “Ellos nos supera en número, 100 a 1, si llegaran a averiguarlo, adiós a nuestro estilo de vida, así que tenemos que mantener la presión. Básicamente tenemos que mantenerlos trabajando y trabajando… para que ellos no se den cuenta cuál es realmente su poder”.
Y es por esto que esta red de manipulación se esmera tanto para mantenernos en esta postura. ¿Por qué la gente está dejando sus hogares, dejándolos abandonados por bancos, quienes claro, los deja sin empleo y eso los lleva a tener que dejar sus hogares?. Quédense allí, rehúsense a irse, póngaselo difícil a ellos, expónganlos por lo que son, se la hacemos muy fácil, “La Danza de la no Complacencia”. No lo haremos más sólo porque dicen que lo hagamos. ¿Es lo justo?, ¿es lo correcto?... está bien, la haré. ¿Es injusto?, ¿es incorrecto?... no lo haré. Empecemos nosotros a tomar las decisiones de qué hacer y qué no hacer, basados en los valores y no en la imposición de los traje oscuro. ¿Esta gente me va a dar a mí, a otorgarme o arrebatarme mi libertad?. Yo sé que es. Ustedes no pueden darme libertad. Nadie puede darme libertad. Yo soy libertad. Es lo que soy.

¿Qué haría la conciencia, qué haría en esta situación?. Cuando nos hagamos esa pregunta, realmente cambiará la forma en la que vemos el mundo. ¿No lo que yo haría, sino qué haría la conciencia?. Si no está bien, no lo hagas. Si no es verdad, no lo digas. Transformaríamos de la noche a la mañana si empezamos a hacer lo que sabemos es lo correcto en las situaciones que afrontamos, en vez de hacer lo mejor para nosotros en ese momento. No importa las consecuencias para mí o qué es lo mejor para mí, “voy a sacar el mejor partido de esto.” ¿Qué es lo correcto, qué es lo justo en esta situación?. Si empezamos a tomar decisiones basados en eso, el mundo se transformará de la noche a la mañana. Es simple, si queremos un mundo en paz, seamos pacíficos, no necesitamos pelear por ello, sólo necesitamos ser pacíficos y así nos llegaráSi queremos un mundo de bondad, seamos bondadosos y luego naturalmente fluirá, uno no pelea por bondad.

Así nos habló Martin Luther King, es un grandioso dicho, una pieza de oratoria. “La cobardía hace la pregunta, ¿es seguro?. La experiencia hace la pregunta, ¿es político?. La vanidad hace la pregunta, ¿es popular?. Pero la conciencia… ¡La conciencia! hace la pregunta, ¿es correcto?. Y llega un momento en el que Uno debe tomar una posición que es ni segura, ni política, ni popular. Pero Uno debe tomarla porque es correcta.” Y aunque no sea así, lo correcto se manifestará por definición, estamos en la posición ahora, en este cambio vibratorio, este cambio energético tomando lugar, donde podemos empezar a romper la cáscara de huevo, donde podemos empezara a volvernos la cuarta magnitud de lo que somos, donde podemos ser conciencia en el ahora, usando la mente para experimentar esta realidad en vez de ser gobernados por ésta.

Girar la llave para dejar que la conciencia entre, se nos está ofreciendo esta oportunidad ahora.No podemos volver a decir que no sabemos quiénes somos, que no sabíamos cómo hacerlo. Despertando un día, vi esta Tierra aprisionada y vi esta gran cerradura y su llave entrando y girando. La imagen que vi entre sueños, esa es la oportunidad que se nos está ofreciendo ahora. Girar la llave maestra que nos convertirá en conciencia y nos adentrará en esto. Nos está siendo ofrecida, sólo debemos tomarla y para tomarla, sólo debemos decir ¡BASTA!,

¡Basta de ser esclavizados por esta gente!, ¡basta de ser esclavizados por una ignorancia manipulada!, ¡basta de ser esclavizados por el miedo a saber quiénes somos!. ¡BASTA!. Es tiempo de volar… ¡Es tiempo de volar!.



Permitid que, primero, me disculpe por la interrupción. Yo, como muchos de vosotros, aprecio la comodidad de la rutina diaria, la seguridad de lo familiar, la tranquilidad de la monotonía... 

A mí, me gusta tanto como a vosotros, pero con el espíritu de conmemorar los importantes acontecimientos del pasado, normalmente asociados con la muerte de alguien, o el fin de alguna terrible y sangrienta batalla, y que se celebran con una fiesta nacional, he pensado que podrí­amos celebrar este cinco de noviembre, un día que, lamentablemente, ya nadie recuerda, tomándonos cinco minutos de nuestra ajetreada vida, para sentarnos y charlar un poco.

Hay, claro está, personas que no quieren que hablemos. Sospecho que, en este momento, estarán dando órdenes por teléfono y que hombres armados ya vienen en camino.

¿Por qué?

Porque mientras puedan utilizarse la fuerza, ¿para qué el diálogo?

Sin embargo, las palabras siempre conservarán su poder. Las palabras hacen posible que algo tome significado. Y si se escuchan, enuncian la verdad.

Y la verdad es... que en este país, algo va muy mal, ¿no?

Crueldad e injusticia, intolerancia y opresión... 

Antes teníais libertad para objetar, para pensar y decir lo que pensabais. Ahora, tienes censores y sistemas de vigilancia que os coartan para que nos conformemos y nos convirtamos en sumisos.

¿Cómo esto ha podido ocurrir? ¿Quién es el culpable?

Bueno, ciertamente, unos son más responsables que otros y tendrán que rendir cuentas, pero, la verdad sea dicha. Si estáis buscando un culpable, sólo tenéis que miraros al espejo.

Sé porqué lo hicisteis. Sé que teníais miedo. ¿Y quién no?

Guerras, terror, enfermedades... Había una plaga de problemas que conspiraron para corromper vuestros sentidos y absorberos el sentido común. El temor pudo con vosotros y, presas del pánico, acudisteis al actual líder, Adam Sutler.

Os prometió orden, os prometió paz. y todo cuanto os pidió a cambio fue vuestra silenciosa y obediente sumisión.

Anoche intenté poner fin a ese silencio. Anoche destruí el Old Bailey para recordar a este país lo que ha olvidado.

Hace más de cuatrocientos años, un gran ciudadano deseó que el cinco de noviembre quedara grabado en nuestra memoria. Su esperanza era hacer recordar al mundo que justicia, igualdad y libertad son algo más que palabras. Son metas alcanzables.

Así que si no abrís los ojos, si seguís ajenos a los crímenes de este gobierno, entonces os sugiero que permitáis que el cinco de noviembre pase sin pena ni gloria. 

Pero si veis lo que yo veo, si sentís lo que yo siento y si perseguís lo que yo persigo, entonces, os pido que os unáis a mí dentro de un año ante las puertas del parlamento y juntos, les haremos vivir un cinco de noviembre que jamás, jamás nadie olvidará.