miércoles, 27 de agosto de 2014

Rafael Santandreu y los trucos para ser feliz

EL PSICÓLOGO DE MODA

Rafael Santandreu y los trucos para ser feliz






Rafael Santandreu y los trucos para ser feliz

Rafael Santandreu ECOM / Claudio Guido
 El reconocido psicólogo Rafael Santandreu presentó su nuevo libro “Las gafas de la felicidad” en el que relata cómo transformarnos en personas fuertes y felices. “Vivimos en una sociedad muy neurótica. Ser una persona que no dramatiza, que disfruta de las pequeñas cosas, apasionada y llena de energía; eso significa ser fuerte a nivel emocional”, resumió el especialista español.


Rafael Santandreu se encuentra en Uruguay presentando su nuevo libro “Las gafas de la felicidad”. El escrito español visitó los estudios de El Espectador, donde se refirió a su nueva obra y los procesos que realiza con sus pacientes: “vivimos en una sociedad con altas tasas de estrés y depresión. Y para ello es necesario ser fuerte emocionalmente” y agrego: “el problema es que si no eres fuerte, eres débil. En la actualidad la salud mental debería ser nuestra prioridad”.

Rafael Santandreu


Audio muy interesante de la entrevista
El video podeis verlo aqui:
En referencia al proceso de transformación a personas “fuertes y felices”, Santandreu explicó que la clave está en la práctica y la paciencia. “Te va a costar mucho esfuerzo, te va a exigir mucha perseverancia. Mis pacientes tienen que ejercitar por lo menos una hora por día”, contó.
“El dueño de tu mente eres tú mismo”, señaló Santandreu y remarcó que las opiniones externas que impactan afectivamente no deben ser tomadas en cuenta. “En general, cómo te trata la gente no debe ser considerado tan importante. Sin embargo, el cambio es personal y eres tú que debes hacer esas modificaciones en tu filosofía de vida”, sostuvo el psicólogo. “El dueño de tu mente eres tu mismo. Prepárate, sé fuerte a nivel emocional y observarás que el cambio es posible”.
El libro realza el concepto de dos fuerzas predominantes: la fuerza del disfrute y la de la obligación. “Yo no vivo en un mundo de obligaciones, hago lo que sé, lo que me apetece. Hago lo que deseo, y no lo que debo. La felicidad esta dentro de la mente de cada persona”.
El psicólogo Rafael Santandreu aportó alguna de sus claves para gestionar con mayor acierto las relaciones personales y familiares: “Creo en la fuerza del disfrute; es maravillosa, la de la obligación es de mediocres. Debemos meterle pasión a las cosas que disfrutamos y no permitirnos que la fuerza de la obligación nos agobie”.
Para finalizar, el autor español hizo especial hincapié en que el cambio es posible. “Es muy importante transmitir que se puede cambiar de forma radical, porque si no lo saben no lo intentarán. Buscamos este cambio con un buen acondicionamiento mental, radical y potente. Debemos cambiar de valores a tope y no a medias; y así se dejará atrás todas estas enfermedades locas del siglo XXI”.

lunes, 18 de agosto de 2014

Lo Mejor de Anthony de Mello

AMOR
Aunque hable todas las lenguas humanas y angélicas, si no tengo amor, soy un metal estridente o un platillo estruendoso.
Aunque posea el don de la profecía y conozca los misterios todos y la ciencia entera, aunque tenga una fe como para mover montañas, si no tengo amor, no soy nada. 
Cuando el ojo no está bloqueado, el resultado es la visión. Cuando la mente no está bloqueada, el resultado es la sabiduría, y cuando el espíritu no está bloqueado, el resultado es el amor.
Cuando sabes amar es señal de que has llegado a percibir a las personas como semejantes a ti. Nadie hay mejor ni peor que tú.
El amor de verdad es un estado de sensibilidad que te capacita para abrirte a todas las personas y a la vida. 
El egoísmo es exigir que el otro haga lo que tú quieras. El dejar que cada uno haga lo que quiera es amor. En el amor no puede haber exigencias ni chantajes. 
El amor desinteresado existe, es el único al que se puede dar el nombre de amor.
El amor no es deseo, no es fijación. Apasionarse es el exacto opuesto al amor.
Es el miedo el que nos hace desear agarrar con las manos la felicidad, y ella no se deja agarrar. Ella es. Esto sólo lo descubrimos observando, bien despiertos, viendo cuándo nos mueven los miedos y cuándo nuestras motivaciones son reales. Si nos aferramos a los deseos, es señal de que hay apego. 

El día en que entres de pleno en tu realidad, el día en que ya no te resistas a ver las cosas como son, se te irán deshaciendo tus ceguedades. Puede que aún sigas teniendo deseos y apegos, pero ya no te engañarás. 
La base del sufrimiento es el apego, el deseo. En cuanto deseas una cosa compulsivamente y pones todas tus ansias de felicidad en ella, te expones a la desilusión de no conseguirla. 
el ego —el yo condicionado
Todo lo que necesitas es concientizarte de tus apegos, de las ilusiones que esas cosas son, y estarás en camino hacia la libertad.

No has de apegarte a ninguna cosa, ni a ninguna persona, ni aún a tu madre, porque el apego es miedo, y el miedo es un impedimento para amar. 
la mayoría equipara la felicidad con conseguir el objeto de su apego, y no quiere saber que la felicidad está precisamente en la ausencia de los apegos, y en no estar sometido al poder de ninguna persona o cosa. 
Si buscas ser feliz, procura no perseguir tus deseos, porque ellos no son respuesta para tu vida. Para ser feliz, abandona tus deseos o transfórmalos
Cuando retiramos lentamente las palabras yo, mío, a mí de nuestras propiedades, campos, ropas, sociedad, congregación, país, religión, de nuestro cuerpo, de nuestra personalidad, el resultado es liberación, libertad. Cuando no hay yo, las cosas son lo que son. Dejas que la vida sea vida. 
Si comprendieses tus deberes, apegos, atracciones, obsesiones, predilecciones, inclinaciones, y si te desprendieses de todo eso, el amor aparecería.
La felicidad no está en lo que yo poseo sino en lo que soy. Tu yo es el que necesita ser.
Si deseamos ser felices, podemos serlo inmediatamente, porque la felicidad está en el momento presente. Aun así, si deseamos ser más felices de lo que somos, o más felices que los otros, tenemos los atributos de una persona infeliz, porque las felicidades no se pueden comparar. Ese tipo de deseo es insaciable. Podemos ser tan felices como lo somos, y no podemos nunca medir cuán felices son los otros.
Para ser feliz no has de hacer nada, ni conseguir nada, sino deshacerte de falsas ideas, ilusiones y fantasías que no te dejan ver la realidad. 
La felicidad no tiene causa. Cuando nada pueda herirte, ninguna persona, ningún acontecimiento, nada, entonces serás feliz. 
¿Qué hacer para ser feliz? ¡Nada! No se hace nada. Es necesario desprenderse de las cosas. De la ilusión. 
¿Qué hacer para ser feliz? ¡Nada! No se hace nada. Es necesario desprenderse de las cosas. De la ilusión.
De las ideas erróneas.
Todas las barreras que nos impiden alcanzar la felicidad son autoimpuestas. ¿Cuáles son las tuyas? 
Si tienes problemas es que estás dormido. La vida no es problemática. Es el yo (la mente humana) el que crea los problemas. 
Cuestiónalo todo y saca la realidad que hay detrás de los cuestionamientos. El día en que sientas el vacío de quedarte sin nada a qué agarrarte, ¡buena señal! Entonces ya puedes comenzar a construir con realidad. 
El yo no está bien ni mal, no es bello ni feo, inteligente ni estúpido. El yo es, simplemente. Indescriptible, como el espíritu. Todas las cosas —como tus sentimientos, pensamientos y células— vienen y van. No te identifiques con ninguna de ellas. El yo no es ninguna de ellas. 
Si sintieses o mirases, o te sentases y tomases contacto contigo mismo, llegarías al silencio, y las cosas te serían reveladas. 
La vida es muy importante para ser desperdiciada en el ansia de ser rico, famoso o de buena presencia, popular, bello; o en el pavor de ser pobre, desconocido, ignorado o feo. Estas cosas pierden importancia como si fuesen guijarros alrededor de un diamante fulgurante. Tú, tu verdadero yo, siempre fue y será un diamante. El valor de tu vida es incalculable.
Yo no soy nada de lo que creo ser: mis cosas, mi cuerpo, mis sentimientos. Mi yo es indefinible porque no hay nada que lo defina
Todo cambio auténtico se efectúa sin esfuerzo alguno.
Estar despierto es aceptarlo todo, no como ley, no como sacrificio, ni como esfuerzo, sino por
iluminación. 
Espiritualidad es estar despierto. Desprenderse de las ilusiones. 
Cuando despertamos de nuestro sueño y vemos la realidad tal cual es, nuestra inseguridad termina y desaparecen los miedos, porque la realidad es y nada la cambia. 
Lo contrario al miedo es el amor. Donde existe el amor no hay miedo alguno. Y el que no tiene miedo alguno no teme a la violencia, porque él no tiene violencia alguna. Toda violencia viene del miedo y crea más violencia.
ODIO
Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber... No te dejes vencer por el mal, antes vence con el bien el mal. 
El establecimiento de relaciones es sólo posible entre personas conscientes. Las personas inconscientes no pueden compartir amor. 
 “Señor, dame la gracia de cambiar lo que puede ser cambiado, aceptar lo que no puede serlo, y sabiduría para entender la diferencia”. 
Hay una cosa que necesitas para estar vivo: estar ahora.
Que el pasado es irreal, que el futuro es irreal y que vivir en el pasado o en el futuro es estar muerto.
E l responsable de tus enfados eres tú, pues aunque el otro haya provocado el conflicto, el apego y no el conflicto es lo que te hace sufrir.
Si lo comprendes todo, lo perdonas todo.
Y solo existe el perdón cuando te das cuenta de que, en realidad, no tienes nada que perdonar. 
Sólo es eterno lo que se basa en un amor libre. Los deseos te hacen siempre vulnerable.
Si a veces dices sí por no desilusionar a la gente, eso no es amor, es cobardía.
Un gran ejercicio para el amor es saber decir no. 

(Lo Mejor de Anthony de Mello