¡¡Trascendiendo el miedo lograremos la libertad!!.
Somos conciencia, todos lo somos y siempre lo seremos, hay nada que temer, pase lo que pase, siempre seremos eso. Los temores de la mente se programan para temer, cuando somos conciencia, no hay miedo en esto. Es una sacudida de cabeza, patética…
Y necesitamos hacer esto: El cumplir del cumplimiento, debemos desafiarlo, no con violencia, ni siquiera con agresión, sólo debemos no luchar contra ello, debemos alejarnos. Porque sin nuestro consentimiento la conformidad no podrá sobrevivir.
Cuando ves la pirámide… Hemos sido manipulados para creer que el poder de la pirámide está en la cima, y no es así. La cima de la pirámide está allí porque el resto de la pirámide la está sosteniendo, nosotros estamos sosteniendo esto juntos.
Nosotros, los no poderosos estamos sosteniendo a los poderosos allá arriba y ellos lo saben, están aterrorizados de que nos demos cuenta de eso. ¿Recuerdan la película animada, “Bichos, Una Aventura en Miniatura”?,el cuento de unas hormigas en la “Isla Hormiga”, como la llamaban, los saltamontes iban todos los años a llevarse la comida que las hormigas pasaban todo el año recolectando para ellos, porque estaban aterrorizadas de los saltamontes, habían muchos. Y un día… estaban de vacaciones en un árbol estos saltamontes con toda su comida necesaria, uno de bajo rango sugirió, que no necesitaban ir a la Isla Hormiga ese año porque ya tenían toda la comida que necesitaban, entonces arremete el líder de los saltamontes para decir los hechos de la vida, de cómo unos pocos controlan a muchos… Es un gran discurso, básicamente él dice: “Ellos nos supera en número, 100 a 1, si llegaran a averiguarlo, adiós a nuestro estilo de vida, así que tenemos que mantener la presión. Básicamente tenemos que mantenerlos trabajando y trabajando… para que ellos no se den cuenta cuál es realmente su poder”.
Y es por esto que esta red de manipulación se esmera tanto para mantenernos en esta postura. ¿Por qué la gente está dejando sus hogares, dejándolos abandonados por bancos, quienes claro, los deja sin empleo y eso los lleva a tener que dejar sus hogares?. Quédense allí, rehúsense a irse, póngaselo difícil a ellos, expónganlos por lo que son, se la hacemos muy fácil, “La Danza de la no Complacencia”. No lo haremos más sólo porque dicen que lo hagamos. ¿Es lo justo?, ¿es lo correcto?... está bien, la haré. ¿Es injusto?, ¿es incorrecto?... no lo haré. Empecemos nosotros a tomar las decisiones de qué hacer y qué no hacer, basados en los valores y no en la imposición de los traje oscuro. ¿Esta gente me va a dar a mí, a otorgarme o arrebatarme mi libertad?. Yo sé que es. Ustedes no pueden darme libertad. Nadie puede darme libertad. Yo soy libertad. Es lo que soy.
¿Qué haría la conciencia, qué haría en esta situación?. Cuando nos hagamos esa pregunta, realmente cambiará la forma en la que vemos el mundo. ¿No lo que yo haría, sino qué haría la conciencia?. Si no está bien, no lo hagas. Si no es verdad, no lo digas. Transformaríamos de la noche a la mañana si empezamos a hacer lo que sabemos es lo correcto en las situaciones que afrontamos, en vez de hacer lo mejor para nosotros en ese momento. No importa las consecuencias para mí o qué es lo mejor para mí, “voy a sacar el mejor partido de esto.” ¿Qué es lo correcto, qué es lo justo en esta situación?. Si empezamos a tomar decisiones basados en eso, el mundo se transformará de la noche a la mañana. Es simple, si queremos un mundo en paz, seamos pacíficos, no necesitamos pelear por ello, sólo necesitamos ser pacíficos y así nos llegará. Si queremos un mundo de bondad, seamos bondadosos y luego naturalmente fluirá, uno no pelea por bondad.
Así nos habló Martin Luther King, es un grandioso dicho, una pieza de oratoria. “La cobardía hace la pregunta, ¿es seguro?. La experiencia hace la pregunta, ¿es político?. La vanidad hace la pregunta, ¿es popular?. Pero la conciencia… ¡La conciencia! hace la pregunta, ¿es correcto?. Y llega un momento en el que Uno debe tomar una posición que es ni segura, ni política, ni popular. Pero Uno debe tomarla porque es correcta.” Y aunque no sea así, lo correcto se manifestará por definición, estamos en la posición ahora, en este cambio vibratorio, este cambio energético tomando lugar, donde podemos empezar a romper la cáscara de huevo, donde podemos empezara a volvernos la cuarta magnitud de lo que somos, donde podemos ser conciencia en el ahora, usando la mente para experimentar esta realidad en vez de ser gobernados por ésta.
Girar la llave para dejar que la conciencia entre, se nos está ofreciendo esta oportunidad ahora.No podemos volver a decir que no sabemos quiénes somos, que no sabíamos cómo hacerlo. Despertando un día, vi esta Tierra aprisionada y vi esta gran cerradura y su llave entrando y girando. La imagen que vi entre sueños, esa es la oportunidad que se nos está ofreciendo ahora. Girar la llave maestra que nos convertirá en conciencia y nos adentrará en esto. Nos está siendo ofrecida, sólo debemos tomarla y para tomarla, sólo debemos decir ¡BASTA!,
¡Basta de ser esclavizados por esta gente!, ¡basta de ser esclavizados por una ignorancia manipulada!, ¡basta de ser esclavizados por el miedo a saber quiénes somos!. ¡BASTA!. Es tiempo de volar… ¡Es tiempo de volar!.
Permitid que, primero, me disculpe por la interrupción. Yo, como muchos de vosotros, aprecio la comodidad de la rutina diaria, la seguridad de lo familiar, la tranquilidad de la monotonía...
A mí, me gusta tanto como a vosotros, pero con el espíritu de conmemorar los importantes acontecimientos del pasado, normalmente asociados con la muerte de alguien, o el fin de alguna terrible y sangrienta batalla, y que se celebran con una fiesta nacional, he pensado que podríamos celebrar este cinco de noviembre, un día que, lamentablemente, ya nadie recuerda, tomándonos cinco minutos de nuestra ajetreada vida, para sentarnos y charlar un poco.
Hay, claro está, personas que no quieren que hablemos. Sospecho que, en este momento, estarán dando órdenes por teléfono y que hombres armados ya vienen en camino.
¿Por qué?
Porque mientras puedan utilizarse la fuerza, ¿para qué el diálogo?
Sin embargo, las palabras siempre conservarán su poder. Las palabras hacen posible que algo tome significado. Y si se escuchan, enuncian la verdad.
Y la verdad es... que en este país, algo va muy mal, ¿no?
Crueldad e injusticia, intolerancia y opresión...
Antes teníais libertad para objetar, para pensar y decir lo que pensabais. Ahora, tienes censores y sistemas de vigilancia que os coartan para que nos conformemos y nos convirtamos en sumisos.
¿Cómo esto ha podido ocurrir? ¿Quién es el culpable?
Bueno, ciertamente, unos son más responsables que otros y tendrán que rendir cuentas, pero, la verdad sea dicha. Si estáis buscando un culpable, sólo tenéis que miraros al espejo.
Sé porqué lo hicisteis. Sé que teníais miedo. ¿Y quién no?
Guerras, terror, enfermedades... Había una plaga de problemas que conspiraron para corromper vuestros sentidos y absorberos el sentido común. El temor pudo con vosotros y, presas del pánico, acudisteis al actual líder, Adam Sutler.
Os prometió orden, os prometió paz. y todo cuanto os pidió a cambio fue vuestra silenciosa y obediente sumisión.
Anoche intenté poner fin a ese silencio. Anoche destruí el Old Bailey para recordar a este país lo que ha olvidado.
Hace más de cuatrocientos años, un gran ciudadano deseó que el cinco de noviembre quedara grabado en nuestra memoria. Su esperanza era hacer recordar al mundo que justicia, igualdad y libertad son algo más que palabras. Son metas alcanzables.
Así que si no abrís los ojos, si seguís ajenos a los crímenes de este gobierno, entonces os sugiero que permitáis que el cinco de noviembre pase sin pena ni gloria.
Pero si veis lo que yo veo, si sentís lo que yo siento y si perseguís lo que yo persigo, entonces, os pido que os unáis a mí dentro de un año ante las puertas del parlamento y juntos, les haremos vivir un cinco de noviembre que jamás, jamás nadie olvidará.
Permitid que, primero, me disculpe por la interrupción. Yo, como muchos de vosotros, aprecio la comodidad de la rutina diaria, la seguridad de lo familiar, la tranquilidad de la monotonía...
A mí, me gusta tanto como a vosotros, pero con el espíritu de conmemorar los importantes acontecimientos del pasado, normalmente asociados con la muerte de alguien, o el fin de alguna terrible y sangrienta batalla, y que se celebran con una fiesta nacional, he pensado que podríamos celebrar este cinco de noviembre, un día que, lamentablemente, ya nadie recuerda, tomándonos cinco minutos de nuestra ajetreada vida, para sentarnos y charlar un poco.
Hay, claro está, personas que no quieren que hablemos. Sospecho que, en este momento, estarán dando órdenes por teléfono y que hombres armados ya vienen en camino.
¿Por qué?
Porque mientras puedan utilizarse la fuerza, ¿para qué el diálogo?
Sin embargo, las palabras siempre conservarán su poder. Las palabras hacen posible que algo tome significado. Y si se escuchan, enuncian la verdad.
Y la verdad es... que en este país, algo va muy mal, ¿no?
Crueldad e injusticia, intolerancia y opresión...
Antes teníais libertad para objetar, para pensar y decir lo que pensabais. Ahora, tienes censores y sistemas de vigilancia que os coartan para que nos conformemos y nos convirtamos en sumisos.
¿Cómo esto ha podido ocurrir? ¿Quién es el culpable?
Bueno, ciertamente, unos son más responsables que otros y tendrán que rendir cuentas, pero, la verdad sea dicha. Si estáis buscando un culpable, sólo tenéis que miraros al espejo.
Sé porqué lo hicisteis. Sé que teníais miedo. ¿Y quién no?
Guerras, terror, enfermedades... Había una plaga de problemas que conspiraron para corromper vuestros sentidos y absorberos el sentido común. El temor pudo con vosotros y, presas del pánico, acudisteis al actual líder, Adam Sutler.
Os prometió orden, os prometió paz. y todo cuanto os pidió a cambio fue vuestra silenciosa y obediente sumisión.
Anoche intenté poner fin a ese silencio. Anoche destruí el Old Bailey para recordar a este país lo que ha olvidado.
Hace más de cuatrocientos años, un gran ciudadano deseó que el cinco de noviembre quedara grabado en nuestra memoria. Su esperanza era hacer recordar al mundo que justicia, igualdad y libertad son algo más que palabras. Son metas alcanzables.
Así que si no abrís los ojos, si seguís ajenos a los crímenes de este gobierno, entonces os sugiero que permitáis que el cinco de noviembre pase sin pena ni gloria.
Pero si veis lo que yo veo, si sentís lo que yo siento y si perseguís lo que yo persigo, entonces, os pido que os unáis a mí dentro de un año ante las puertas del parlamento y juntos, les haremos vivir un cinco de noviembre que jamás, jamás nadie olvidará.
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