Amor patético

Bien no se muy bien como describir como me siento en estos momentos. Lo más triste es que me siento patético.

A saber, cuando ya tiro definitivamente la toalla, cuando aprendo a desapergarme amargamente de la persona que amo, cuando ya debo aceptar rendirme no luchar, no esperar, no amar, no ser amigos y abandonar toda esperanza, cuando estoy en medio del más duro desierto y sin una gota de esperanza.

Se me aparece como un espejismo el oasis, y por supuesto no lo veo y no lo creo, mi amigo me tiene que coger del brazo para decirme que si que está, que está ahí, y yo no me lo creo. Pero si ahí estaba el oasis y no era un espejismo.

Y su agua me dice, quiero calmar tu sed, estar a tu lado,abrazarte tiernamente, ser tu amiga, que no pases mas sed en este desierto del desamor. Y yo me resisto , se cuan traicioneras son las arenas del desierto, pero mi corazón no sabe luchar, no sabe de estrategias, no sabe decir no,  sólo sabe perdonar,es impulsivo e impaciente, y aceptar y amar incondicionalmente y ayudar.

Y así tengo el día más feliz y más romántico en las dulces aguas del oasis, y es cierto el agua está ahí, la noto, la toco, hablo con ella, la acaricio, la abrazo, la siento, la beso y me recuerda que ella también me recuerda y yo lo creo y me tiro y me lanzo y me abro otra vez y lo acepto todo, no puedo creerlo, gracias Dios por esta oportunidad.

Y cuando subo a lo alto del acantilado para tirarme de nuevo a lo mas profundo de las aguas cristalinas, en medio del salto las aguas se vuelven oscuras , desaparecen y me dicen, espera amigo que no quería darte falsas esperanzas, que todo fue un sueño, tu sueño; si me hizo gracia verte, si fué bonito, pero no significaba nada, nada cambia, no hay futuro porque mi decisión ya la tomé y mis aguas serán para otro, aquél que tanto critiqué y menosprecié el otro día.

Todo lo que hablamos ha cambiado.

Era todo un espejismo, estas en el desierto de nuevo y no saldrás de él.

Soy patético lo sé, creí en el espejismo, necesitaba creer, aposté todo, lo dí todo, cada segundo exprese al máximo lo mejor de mi y las últimas fibras que quedaban de mi corazón roto amaron.

Y al fin la única agua que hay a mi alrededor, son mis propias lágrimas; en este mar de arena que es el desierto del desamor.

Supongo que era la última lección que debía aprender, después de aprender a desapegarme, a rendirme , a aceptar y a no luchar, lo siguiente ya era aprender a ser humilde pero más que eso he aprendido a ser patético.


NOTA:
El comentario de mi amigo Carlos es tan bonito y espectacular, que merece mayor entidad que comentario y merece formar parte del artículo original.
Aquí la respuesta que agradezco de Carlos:

Querido amigo, 
Patético es un adjetivo del que debiera limitarse severamente su uso, promover su destierro del vocabulario y penalizar su asociación con la palabra amor.
El adjetivo patético tiene ese aspecto de sentencia irrevocable, de juicio sumarísimo, de descalificación absoluta que condena a cualquier sustantivo al que acompaña o califica a la pena del escarnio sin posibilidad de perdón y no creo que el sentimiento que define la palabra amor merezca tamaño castigo ni corazones generosos como el tuyo deban caer en el error de alojar entre sus sentimientos y actitudes vitales lo que suponen torturas o pequeñas o grandes penitencias, es bueno recordar que estamos en Semana Santa, pero por lo que tiene de portal de la primavera más que de escenario de via crucis, desfile de nazarenos y espaldas autoflageladas.

Explicas tu visión que resultó ser espejismo y tu vuelo que resultó desplome desde mayor altura, compartes tu dicha y desgracia y las ideas y pensamientos que en tu búsqueda humana y febril has encontrado cuando has partido a la sinrazón de buscar la razón en las cosas del corazón. Sé que en ese camino has obtenido respuestas y has encontrado aliento, como sé que no han sido suficientes unas ni generoso el otro, sé que las contradicciones han hecho mella en tu ánimo y que estas palabras no son ni bálsamo ni solución, todos esas cosas sé junto a otras muchas que ignoro y de mis ignorancias te voy a hablar.

Ignoro que deparará el futuro, cual será el camino a seguir, que errores y aciertos cometeremos, que frustraciones ocuparan nuestros pensamientos, que anhelos cumpliremos, en que fracasaremos, que palabras volarán en el aire y se difuminarán sin cristalizarse en hechos concretos, todo eso y mucho más ignoro pero junto a eso hay certezas que me ha dado la experiencia de vivir y es el gran poder de las palabras y la peligrosa mezcla que generan éstas combinadas con los anhelos de tu corazón, he sufrido su hechizo y embrujo en varias ocasiones y la única solución que he encontrado, su único antídoto natural ha sido coserlas a las evidencias que la realidad me proporciona, así que a cada frase y palabra que escucho intento buscarle un hecho que me demuestre su realidad y si no lo encuentro, la sentencio como vacía y falsa, le doy la posibilidad de recurso pero hasta que se plantee y resuelva, la condeno al olvido y la lanzo en el saco de los blablablá.

Así pues, como consejo, eso que gusta dar y no tanto recibir, eso que resulta tan fácil dar y tan difícil seguir, olvídate de sentenciar como patético lo que es natural, que es enamorarse y si es de la persona equivocada, equivocarse, sufrir, volver a equivocarse y volver a sufrir y para evitar ver oasis donde solo hay un desierto, trata de quitar la máscara mágica de las palabras a la realidad y espera a tocar las palmeras y que tus labios se sacien de agua antes de creer que el oasis existe, así cree al que te dice que te quiere cuando te demuestre que te quiere con hechos, cree al que dice que no te olvida cuando te lo demuestra no alejándose, etc. Recuerda también que los espejismos son sucesos que se repiten a lo largo de las jornadas que estás en el desierto y que la mejor forma de que no se den es abandonar el desierto.

Un abrazo

Carlos