Reza el dicho que "no hay mal que por bien no venga", una verdad realmente absoluta, pero a la hora de la realidad, la mayoría de las veces en nuestro camino por la vida nos tomamos demasiado en serio lo que nos sucede, hacemos un tsunami en un vaso con agua y nos hundimos en el mar oscuro de lo negativo. (De ahí ni quien nos saque, si no somos nosotros mismos los que nos salimos)
Nos enfocamos en esas turbulencias que experimentamos en pleno vuelo del día a día, y no en el trayecto que hemos recorrido o en cómo desviarnos por otra ruta para hacer más placentero nuestro viaje y llegar con buen cause a un destino adecuado.
Definitivamente, no existen las casualidades, todo pasa PARA algo, y es mejor que lo empieces a entender y asumir de esta manera para que en vez de "sobrellevar" tu vida y "soportar" una cruz o asumir el papel de pobrecito(a), te hagas aliado de este gran regalo que es estar en la tierra y empieces a ser capaz sacarle el mejor provecho a todo lo que se te presente. Sí, incluso a eso que la mayoría se llenan la boca llamando problemas o dificultades. Y que en ocasiones hasta les encanta que sean la constante en sus vidas porque es una manera de atraer "lástima" o la atención de los demás.
Te aseguro que si haces un recuento de esas pruebas que han sucedido en tu historia, siempre has obtenido una recompensa y, además, te han significado un buen aprendizaje. Esas personas que han pasado por tu vida, la pérdida de un trabajo, una enfermedad, la ausencia de un ser querido, una ruptura sentimental, los apuros económicos, las frustraciones de no lograr lo que tu deseas en el momento preciso; en fin, esas caídas, esas situaciones incómodas e imprevistas, debes agradecerlas porque de fijo han hecho de ti la personas que hoy eres.
De las "malas" experiencias --que no son más que producto de las decisiones que tomamos-- (y conste que no las tomamos mal, sino que las atraemos consciente o inconscientemente para avanzar en nuestras vidas) se aprende y se convierten en los hechos más relevantes que suceden en nuestras vidas. Todo es una consecuencia y todo aporta; todo suma, cuando deseamos crecer y valorar nuestra existencia.
María, una de mis coachees, llegó a sesión desesperada porque, según ella, su vida no tenía sentido ya que su novio la había traicionado con otra chica y ella "dependía" literalmente de esa relación, de su "amor". Con el paso del tiempo y varias sesiones, María aprendió a agradecerle a su ex por lo sucedido, primero comprendió que no era justo afanarse a estar con alguien que no le amaba realmente tanto como ella a él, y luego, que gracias a esa herida, esa traición y a su corazón roto, experimentó la importancia de perdonar, de tener más confianza en sí misma, de amarse primero ella y de ser más cautelosa a la hora de abrir su corazón e involucrarse en una relación. (Por poco y manda a construir un monumento en tributo a su ex, ya que todo lo que pasó le cambió la vida y para bien).
También se dio cuenta de que idealizaba a su ex pareja, y que al abrir los ojos, no era todo lo que ella supuestamente veía en él, sino que le ponía atributos que no existían en esa persona pero que eran parte de lo que ella anhelada en un "príncipe azul".
Algunas veces te pasan cosas que parecen horribles, dolorosas y supuestamente injustas, pero en realidad llegas a comprender que sino hubieras superado estas situaciones, nunca hubieras realizado tu potencial, tu fuerza, o el poder de tu corazón.
Muy importante es y hasta me atrevo a afirmártelo, que en esta vida las situaciones, las personas y las circunstancias a las que nos enfrentamos, y que por lo general llamamos problemas o dificultades -pero que yo suelo nombrarlas como experiencias de aprendizaje- nos afectan o nos dañan, si nosotros lo permitimos. Sin lugar a dudas, es una elección totalmente nuestra, algo así como cuando a pesar de que sabemos que un alimento nos va a caer como una patada en el estómago, lo comemos.
Les llamo lecciones de aprendizaje porque he aprendido que en vez de enfocarme en elegir que las situaciones me desgasten o me angustien, debo entender que todo es un puente que nos llevará a algo mejor, y que todo es una gran lección que la vida nos da. La idea es aprender de las experiencias que valientemente enfrentamos, y en la medida de lo posible dejar de atraer más de lo mismo.
Aprender la lección afirmando: "vamos para adelante, de acá no soy, no es algo que quiero, no me corresponde, no lo acepto y mejor me preparo para disfrutar de lo bueno que la vida tiene para mí. Elijo ver lo bueno de esto que me está sucediendo. Sé que esto también pasará..."
Tengo más que claro, que como todo en la vida, es mejor descubrir el lado positivo y a pesar de que sintamos que un hoyo negro nos está succionando (que me ha sucedido y a menos de que no seas humano no lo habrías experimentado) podemos optar por descubrir para qué la vida nos está presentando esa situación, en qué medida nos hace crecer, cómo sacar lo mejor de nosotros, cómo nos sorprende mostrándonos que tenemos energía y fuerzas que no sabíamos que eramos capaz de tener.
Las situaciones nos afectan en la medida que nosotros lo permitimos, por el tiempo que nosotros determinemos (años, días, semanas, horas, minutos) y nos duelen o lastiman en la escala que nosotros dispongamos, es decir, desde un leve resentimiento hasta llevarnos a un estado depresivo.
La pregunta más trillada cuando surge algo que no teníamos previsto en la vida afrontar es, "¿porqué a mí?". En vez de preguntarte esto, siempre cuestiónate para qué te está sucediendo y además, ten muy claro que todo pasa, como dicen, "después de la tormenta viene la calma". (Además que nunca vas a enfrentar algo para lo que no tengas o descubras tener las agallas para salir adelante)
Si bien es cierto nunca es más oscuro que cuando va a amanecer, debes enfocarte en el amanecer, precisamente en que pronto será otro día, que verás la luz y solamente cosas buenas de esa experiencia obtendrás, porque te aseguro que en tu camino no serás la misma persona que eras antes de enfrentar lo que tengas que sortear.
El chiste en la vida es ir asumiendo que todo pasará. Siempre ten muy claro que todo es pasajero. Cualquier situación tiene solución y si no la tuviera de qué te serviría estresarse, lo importante es tratar de buscar el plan B o la nueva ruta a seguir, y en su efecto cómo me aporta esta circunstancia a mi vida.
Con acongojarnos, estresarnos, ponernos tristes, depresivos, dejar que la tensión nos abrace, no ganamos más que boicotearnos a nosotros mismos.
TODO PASA. Ninguna cosa y ninguna emoción es permanente. Todo viene y va como el día y la noche. Habrá momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la vida misma. No le des protagonismo a lo que no merece ni te desgastes por nada, con actitud positiva todo se puede y se logra.
Es tu decisión, ¿qué decides? Responde y reflexiona. Y recuerda: sonríe, agradece y abraza tu vida.
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