No es infrecuente la sensación de vacío, tedio y hastío existencial que se produce cuando una persona está sola. La solución mágica suele ser buscar una pareja, y así ir encadenando una relación con otra. Desde luego que ese apoyo sostiene a la persona y le hace sentirse escuchada, querida, deseada, valorada, amada... Sin embargo en todo esto hay una trampa, la persona que tiene arraigado el sentimiento de soledad, se siente sola aunque esté con otra persona, de forma que la pareja se convierte en una "cosmética" u "ortopedia" del yo.
Existe la posibilidad nada remota de que la persona tenga como leitmotiv la búsqueda de alguien de quien depender.
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